La enfermedad que aparece despacio, silenciosa y con pocos síntomas, la diabetes puede ocurrir por la falta de producción o dificultad en la acción de la insulina, la hormona que controla los niveles de glucosa en el torrente sanguíneo, por motivos genéticos o por hábitos y estilo de vida desordenados, como Obesidad y sedentarismo.
Muy relacionado con la obesidad y la grasa que se acumula en el abdomen, las armas para el combate y control de la diabetes son el mantenimiento de peso sano (o adelgazamiento) y la práctica de actividad física constante, esenciales para reducir los riesgos causados por la diabetes.
Atención a la alimentación
Algunos portadores de diabetes creen que el mayor villano de su alimentación son los carbohidratos, principalmente los de alto índice y carga glucémica, como, por ejemplo, los azúcares, dulces, panes, pastas, arroz blanco, papas, galletas, galletas, galletas, entre otros.
Estos alimentos no tienen pase libre en la alimentación diaria y deben ser consumidos con moderación, siendo diabético o no, pues el exceso de glucosa circulando en nuestra sangre, proveniente de esos carbohidratos, lleva a una oxidación excesiva de varios órganos, principalmente vasos sanguíneos, Que conduce a complicaciones como arteriosclerosis, lesiones renales, oculares e insuficiencias circulatorias, pero no son sólo esos alimentos los responsables del empeoramiento y descontrol de los niveles de glucosa.
Los problemas de las grasas en exceso
En la preocupación por evitar errores en la elección de carbohidratos, los pacientes portadores de diabetes no se preocupan por la elección de las grasas que ingieren en el día a día. Con ello resultan vulnerables a un gran factor de riesgo, facilitador de las complicaciones comunes a los pacientes diabéticos, como se mencionó anteriormente.
Los estudios actuales revelan que la mayor causa de muerte en pacientes diabéticos son las complicaciones cardiovasculares, principalmente infarto agudo de miocardio, que pueden tener correlación directa con el exceso y tipo de grasa que predomina en su alimentación. La grasa saturada, presente en las carnes, leche y derivados, aceite de coco y aceite de palma, o la grasa trans, presente en galletas rellenas, helados, margarinas, chantilly, etc, son los tipos que perjudican la salud cuando se consumen en exceso.
Este desbalance en la elección de las grasas es un factor de riesgo para la población en general. Sin embargo, el diabético corre mayor riesgo por poseer factores facilitadores como una continua oxidación excesiva cuando mal controlados, lo que permite siempre niveles altos de glucosa en la sangre. La acumulación de la grasa visceral es otro gran factor de riesgo porque obliga al páncreas a producir cada vez más insulina para facilitar la entrada de glucosa en las células, este exceso estimula una serie de alteraciones en el metabolismo, elevando el riesgo de aumento de la presión arterial y de las Las tasas de colesterol en la sangre.
¿Cuánta grasa puedo consumir por día
En una dieta balanceada, un máximo del 10% de las calorías a consumir pueden venir de grasas saturadas, en pacientes colesterol alto y diabéticos descompensados el número cae al 7%, pues al sobrepasar este límite quedamos vulnerables al aumento del colesterol en la sangre, que lleva La obstrucción de los vasos sanguíneos, ocasionando infarto agudo de miocardio y eso sólo ocurre cuando el colesterol se oxida, problema frecuente en el paciente diabético.
Formas de prevención
Tener una alimentación equilibrada, comer despacio y evitar largos períodos de ayuno. Evitar consumir alimentos ricos en grasas saturadas. Hacer actividad física de manera constante y de preferencia con acompañamiento profesional. Dormir bien, una buena noche mal dormida cambia el reloj biológico y retarda el ritmo metabólico.
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