Pues cuando Jono Lancaster nació, sus padres tomaron la trascendental decisión de abandonarlo. ¿El motivo? Vieron que su cara estaba deformada y optaron por no ser sus padres.
Jono padece una rara enfermedad llamada Síndrome de Treacher Collins que hace que los huesos de su rostro y tejidos subyacentes tengan una apariencia deforme. El síndrome también le afecta en el aparato respiratorio y visual
Debido a la deformidad, la infancia de Jono fue especialmente dura ya que fue rechazado por muchos niños que se reían de él y le señalaban por ser distinto.
Sin embargo, con los años Jon ha aprendido a aceptarse y a quererse a sí mismo tal y como es, y quiere ayudar a todos los niños que como él sufren esta rara enfermedad. Un claro ejemplo de por qué la belleza se lleva en el interior y no en el exterior.
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